miércoles, 24 de marzo de 2010

La piscifactoría

Uno de los más recientes engaños de la vida política es el de la incorporación de las nuevas generaciones en la política, lo que vienen en denominar la savia nueva.
Con ello, quieren dar a entender que los partidos se renuevan, que entran nuevas ideas y proyectos que vienen encarnados por los nuevos políticos que llegarán con nuevas formas e ideas.
Por desgracia, todo esto es bastante falso. Los partidos se dedican a formar a sus nuevos políticos en lo que vengo a llamar, la piscifactoria. Se trata de gente que mama desde bien pronto las ideas y las formas de los mayores. Están hechos a su imagen y semejanza por lo que no suponen peligro alguno para el dolmen de granito que supone el partido político. Así, las formaciones pretenden engañar a la sociedad hablándole de renovación cuando lo único que hacen estas nuevas generaciones es repetir y confirmar los modos y las ideas del partido. Son por lo tanto, políticos de piscifactoría, carentes de savia nueva, de incorporaciones procedentes de la sociedad que pudieran romper la endogamia partidista.
Políticos jóvenes, clones de sus mayores que apuestan por lo de siempre con renovadas fuerzas. Gente que se ha criado en el interior de los partidos, ajena a la sociedad, aislada para no contaminarse de las 'purezas' del partido y dispuesta a ser fiel seguidora de lo que dictaminen sus líderes e ilusionada por los puestos que le han prometido.
Esta es la triste verdad de una de las aristas más dolorosas de los partidos políticos que van aléjándose de la sociedad, interesados casi de manera exclusiva por la obsesión del poder y el dinero.
Nuevas generaciones de piscifactoría, que no suponen peligro alguno a los dirigentes más maduros. Hechos a su imagen y semejanza, sin vida propia, voceros de ideas que no son suyas y que con inusitadas fuerzas, se adentran en la carrera políitca sin saber lo que es la sociedad, sólo medrando dentro de sus partidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario